Antes de tu nombre conocí tu risa,
y antes de abrir la puerta recibí tus regalos,
un completo en el persa,
cómo lo podría olvidar,
como tus pasos largos al caminar que terminaban en mi casa los domingos,
contando que habías almorzado en casa de la tía Rosaura
eres mi tío, pero con corazón de niño,
eres el amor eterno.